Hábitos que podrían acabar costándole el puesto de trabajo
Si te gusta lo que haces, querrás seguir leyendo. Esta lista es para cualquier persona que sea nueva en un trabajo, que ame su trabajo actual o que sienta que puede estar en la cuerda floja con su empleador. Puede que seas víctima de estos seis hábitos y ni siquiera lo sepas. Cosas como fumar o ser negativo no parecen ser hábitos que acaben con el trabajo, pero ciertamente pueden serlo.
Por desgracia, es mucho más fácil caer en los malos hábitos que en los buenos, y mucho más difícil de abandonar. Algo como fumar puede costar meses dejarlo, incluso con la ayuda de todos los productos de lujo que hay.
Veamos con más detalle algunos de los peores hábitos en los que puedes caer y que ponen en peligro tu trabajo e incluso tu vida personal en algún nivel.
1. Fumar
Fumar es un hábito, por eso dejar de fumar es difícil para algunas personas. El problema de los fumadores es que los no fumadores ni siquiera quieren estar cerca. El humo de segunda mano no sólo huele mal, sino que también es perjudicial para los no fumadores. Los centros de trabajo pueden ser considerados responsables de las complicaciones que se derivan del humo de segunda mano si lo permiten en el lugar de trabajo, lo que convierte en una responsabilidad financiera el hecho de desautorizar esta práctica en los terrenos de la empresa.
Fumar también es antihigiénico. El humo se adhiere a todo y, por mucho que lo intentes, no hay forma de que te laves o te pongas pastillas de menta a lo largo del día para eliminar el olor. Lo llevarás contigo a las reuniones, los lanzamientos y las actualizaciones importantes de los clientes. No es precisamente una buena primera impresión, ¿verdad?
La mayoría de los empresarios quieren contratar a no fumadores por motivos de responsabilidad y por la reducción de costes. Los fumadores suelen hacer más pausas (y más largas) a lo largo del día, se toman más tiempo libre y tienen unos costes sanitarios mucho más elevados.
2. Evitar la responsabilidad
Si eres alguien que evita la responsabilidad y se la pasa a otro, es muy probable que no conserves ningún trabajo por mucho tiempo. Esto no sólo te hace ganar el desprecio de tus compañeros de trabajo, sino que también te hace quedar mal ante la dirección. Cuando algo es culpa tuya, lo mejor es reconocerlo. Siempre encontrarás más problemas y complicaciones cuando mientas o te desentiendas.
Todos hemos tenido experiencias con este tipo de compañeros de trabajo; el que nunca asume la responsabilidad de su papel en los problemas del equipo o incluso de sus propios errores. Es agotador esperar continuamente que una persona asuma la responsabilidad por sí misma, sólo para ver cómo la ignora una y otra vez. Este tipo de actitud no tiene cabida en un equipo feliz, sano y productivo.
3. Tardanza
¿Por qué es tan importante la puntualidad? Cuando llegas tarde al trabajo, o a cualquier otra cosa, te creas la reputación de ser poco fiable. En el trabajo, esto puede causar fricciones con tu equipo o tus supervisores. Te han contratado para que te presentes a las 6 de la mañana cada día; llegar a las 6:15 sólo hace que parezca que no te importa tu puesto.
La puntualidad transmite un importante sentido de la responsabilidad. La gente sabrá que puede confiar en ti, y las personas que son puntuales suelen ser mucho más productivas. Si siempre llegas tarde, es hora de que te pongas las pilas y empieces a ser puntual siempre.
4. No dormir lo suficiente
¿Sabía que la falta de sueño puede afectar seriamente al rendimiento laboral? Casi la mitad de los estadounidenses afirman que no duermen lo suficiente o que no duermen toda la noche, lo que significa que una gran parte de la población activa podría estar sufriendo privación de sueño. Cuando no se duerme lo suficiente, se dormita durante todo el día, no se puede concentrar y la productividad cae en picado al intentar mantenerse despierto mediante un flujo interminable de cafeína.
Es importante mantener un horario de sueño saludable para no retrasar el descanso. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días y asegúrate de que duermes al menos entre 6 y 8 horas cada noche. Esto puede significar apagar todos los aparatos electrónicos antes de acostarse.
5. Negatividad
En las últimas décadas se ha prestado mucha atención a la cultura del lugar de trabajo, lo que ha hecho que el lugar de trabajo moderno sea un espacio mucho más positivo, edificante, orientado al equipo e inclusivo (al menos en las empresas progresistas que son conscientes de estas cosas). Todos hemos tenido que lidiar con una «persona negativa» en el trabajo, pero tener a alguien que es constantemente negativo puede hundir a todo el mundo.
Imagínate que intentas trabajar durante toda la semana, pero el tipo de un cubículo más allá no hace más que quejarse durante toda la semana. Todo apesta, el trabajo apesta, el proyecto apesta, no le gusta el clima, su esposa lo dejó, su perro murió, todo es horrible. Después de mucho tiempo, empiezas a sentir que tal vez todo es horrible. Los estados de ánimo son contagiosos. No seas el mal humor de la oficina.
6. No ser un jugador de equipo
Ser un jugador de equipo suele ser uno de los principales requisitos para cualquier trabajo. Vas a trabajar con otras personas, y si no puedes funcionar en un entorno de equipo, seguro que no vas a prosperar, y podrías acabar perdiendo el trabajo por completo. Las personas que no se desenvuelven bien con los demás suelen intentar el enfoque del «lobo solitario», que les aleja aún más del resto del equipo.
Formar parte de un equipo es una magnífica oportunidad para aprender y crecer de las personas que te rodean. Si no puedes desenvolverte en un entorno de equipo, intenta apuntarte a un deporte de equipo en tu centro comunitario local para aprender más sobre la creación de equipos.