Formas de proteger su empresa de una demanda judicial
Empezar y ser propietario de una pequeña empresa conlleva innumerables preocupaciones e inquietudes. Aunque esta empresa puede ser la realización gratificante de un sueño de toda la vida y/o el negocio rentable que le lleve al éxito financiero, también conlleva una serie de responsabilidades y riesgos adicionales.
Una posibilidad que podría ponerle a usted, a sus empleados y a su empresa en riesgo es una posible demanda.
Las demandas pueden producirse por cualquier número de razones y por cualquier número de causas. Mientras que su cafetería puede tener el potencial obvio de un desafortunado accidente de resbalón y caída, una demanda también podría provenir de un contrato incumplido o incluso de una asociación con un proveedor que se encuentra bajo fuego legal. Rara vez existe una demanda predecible, y las acciones legales siempre parecen provenir de circunstancias o acciones inesperadas, a veces inevitables.
Dicho esto, debe comprender las formas básicas y prácticas de proteger su pequeña empresa de una posible demanda. Aunque una demanda puede provenir de un suceso inesperado e imprevisible, usted puede estar debidamente preparado para tales posibilidades.
Las siguientes estrategias están diseñadas para ayudarle a hacerlo y a establecer las protecciones adecuadas en caso de que ocurra lo peor.
1. Contratar a un abogado
Algunos aspectos de la puesta en marcha de un nuevo negocio son obvios, incluso para los empresarios primerizos. Hay que desarrollar un modelo de negocio rentable, asegurar la financiación, presentar la documentación necesaria, establecer un local y dar todos los pasos iniciales obvios. Sin embargo, un elemento clave que los primerizos suelen pasar por alto es la contratación de la representación legal necesaria.
Debería empezar a entrevistar a abogados y tener un contacto legal inmediatamente después de la apertura. Esta persona no sólo estará allí en caso de una demanda u otro escenario en el peor de los casos, sino que también podrá proporcionar otros consejos y asesoramiento que pueden ser inestimables para los nuevos propietarios de empresas. Lo mejor es encontrar a alguien que se especialice en la representación de empresas de su sector específico.
2. Conseguir un seguro
Además de un asesoramiento jurídico adecuado, debe contratar el seguro de responsabilidad civil necesario para su empresa mucho antes de abrir el negocio. Esta puede ser la protección más crítica -y más básica- que puede tener en caso de demanda, accidente u otro problema potencial. Aparte de la cobertura básica de responsabilidad civil, algunos profesionales y empresarios pueden necesitar un seguro adicional, específico para su sector, que cubra errores y omisiones, mala praxis u otras cuestiones que pueden ser habituales en sus campos.
3. Separarse
Muchas pequeñas empresas se establecen como propietarios únicos, especialmente en el caso de los empresarios independientes. Aunque este tipo de propiedad tiene sus ventajas, también le pone en riesgo personal si su empresa se enfrenta alguna vez a un juicio. Sin protección, su patrimonio personal podría ser objeto de ataque y embargo si su empresa no tiene los activos necesarios para pagar los daños en un juicio.
La solución más sencilla es crear un fideicomiso. Un fideicomiso es un dispositivo legal que actúa esencialmente como una entidad propia -que declara sus propios impuestos, posee propiedades, etc.- y puede utilizarse para ser dueño de su negocio sin tener una conexión legal con sus pertenencias personales. Otra opción sería constituir una sociedad, que también puede proporcionar protecciones similares, así como beneficios adicionales para las empresas en crecimiento.